Calambre muscular: Prevención y tratamiento
03.09.2020
- Salud
Hoy estaba tranquila leyendo un poco, cuando de pronto me dio un fuerte calambre en la pierna. Me asusté porque nunca me había pasado, así que me puse a investigar para entender por qué sucedió.
Resulta que los calambres o espasmos se pueden presentar en cualquier músculo del cuerpo cuando se contrae de manera brusca e involuntaria y no se relaja.
Cuando se presenta un espasmo, el músculo se siente muy tenso. Algunas veces sentimos como si tuviéramos un nudo y esto, en ocasiones, nos puede generar un dolor intenso.
Los espasmos en la pantorrilla se pueden presentar mientras estamos echados en la cama. Los espasmos en la parte superior de la pierna son más comunes cuando realizamos actividades como correr o saltar. El espasmo en el cuello (columna cervical) puede ser un signo de estrés.
¿Qué hacer para evitarlos?
- Estirarnos todos los días, especialmente antes de hacer ejercicios, para mejorar nuestra flexibilidad.
- No exigirle mucho a nuestro cuerpo. Evitemos realizar sesiones de entrenamiento muy bruscas. Si no estamos acostumbrados a hacer ejercicios, debemos ir poco a poco.
- Aprender cómo hacer ejercicio apropiadamente. Mantener una buena postura puede impedir que los espasmos se presenten de manera regular.
- Mantenernos hidratados y aumentar el consumo de potasio. El jugo de naranja y los plátanos son excelentes fuentes de este elemento.
Pero, si a pesar de estos cuidados, tenemos un calambre, lo que debemos hacer es intentar estirar y masajear el músculo afectado. El calor que produce el masaje ayuda a relajar el músculo. Luego, debemos colocar sobre él un poco de hielo o compresa fría para desinflamarlo.
Si después de aplicar calor y hielo el dolor continúa, es mejor que consultemos a un médico para que nos recomiende algún medicamento anti-inflamatorio y antiespasmódico. Es importante que conozcamos la causa del espasmo para evitar que se vuelva a presentar. Si aparece con un dolor intenso o hace que nos sintamos débiles, podríamos necesitar fisioterapia o incluso cirugía. En el mejor de los casos, lo único que necesitaremos es cambiar nuestra rutina de ejercicios.